Os traigo de la mano de la psicóloga Amparo Calandín un pequeño trocito del brillante y esclarecedor artículo sobre la inteligencia emocional que ella ha enfocado en los más pequeños. Por lo que he podido leer e investigar ha diseñado un programa de inteligencia emocional para Educación Primaria que me gustaría promover a través de esta pequeña información que os facilito. Si queréis saber más sobre ella y su trabajo este es su blog: Blog de Amparo Calandin - Psicóloga.
Los abogados que ganan más casos, los médicos más prestigiosos y visitados, los profesores más brillantes, los empresarios con más éxito, los gestores que obtienen los mejores resultados no son necesariamente los más inteligentes de su promoción. Son los que supieron conocer sus emociones y cómo controlarlas de forma correcta para que complementaran su inteligencia. Son los que cultivaron las relaciones humanas y los que conocieron los mecanismos que motivan y mueven a las personas.
La educación emocional surge como una respuesta educativa a una serie de necesidades que se dan en la sociedad actual: ansiedad, depresión, problemas de disciplina, violencia, drogadicción, trastornos de la alimentación... Investigaciones recientes sobre esta temática han demostrado que ser “analfabetos emocionalmente” tiene efectos muy negativos sobre las personas y sobre la sociedad.
El desarrollo y comprensión de las emociones en los niños es un proceso continuo y gradual de aprendizaje que va de las emociones simples a las más complejas. Los niños van cambiando sus estrategias para poder enfrentarse a las distintas experiencias que vive a través del control de las emociones, pues el niño se enfrenta mejor a sus emociones a medida que va comprendiendo sus causas y consecuencias.
Uno de los lugares principales para el desarrollo de la educación emocional es el colegio, y es que “el periodo escolar se considera fundamental en la vida del ser humano".
El colegio, a través de todos los agentes implicados (profesores, tutores, orientadores...) contribuye a configurar la personalidad del niño, puesto que los alumnos pasan mucho tiempo en el. Pero es muy difícil que los agentes implicados trabajen todos estas habilidades en profundidad puesto que tienen que impartir todas las materias establecidas, por eso, en muchos colegios se están estableciendo programas de inteligencia emocional como actividades extraescolares, ya que, el aprendizaje social y emocional no puede darse de forma no planificada y espontánea, sino que debe aplicarse de forma rigurosa y controlada, de acuerdo a parámetros científicamente controlados.
De todo lo anterior, se deduce que la educación no puede reducirse sólo a lo puramente académico, sino que ha de abarcar otras dimensiones “cognitiva, afectivo-emocional, moral”, para que se potencie el sano equilibrio entre los aspectos de la persona (mente, cuerpo, relaciones sociales) y se dé la oportunidad de conocer y expresar, las distintas potencialidades que cada persona tiene.
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